El hombre longko.

Matías Hidalgo

Estudiante de 8° año básico

Había una vez un longko que salió de paseo al mar, a él le gustaba salir a pescar de noche porque creía que era mejor la pesca.

Una noche, como era habitual se aventó al mar para pescar, como se hizo muy tarde después de la pesca, decidió comer en una playa cercana entonces atracó su vote.

En la orilla de la playa vio una vertiente que tenía mucha agua dulce y a su alrededor estaba lleno de rocas, decidió tomar agua de la vertiente y dijo - ¡ESTA AGUA ESTÁ MUY MALA! y vertiente como si tuviera oídos, escuchó la queja del longko y se enojó tanto que hizo que los pies del longko se pegaron a las rocas.

El longo tuvo suerte de tener la comida cerca de la vertiente y no paso hambre, pero estuvo toda la noche con los pies pegados a la roca. Solo al día siguiente lo encontró su familia junto a otras personas, quienes incluso después de un llelipun no lograron que sus pies se desprendieran de la roca, parecía que se aferraban con más fuerza. Entonces llamaron a una machi quien tuvo que intervenir por medio de los ngen para que el longko fuese liberado de la roca.

Solo después del ruego de la machi el Longko pudo despegar sus pies, y desde ese día nunca volvió a burlarse de la vertiente ni de ningún otro ser vivo.