19 ago 20222 Min. de lectura

La plastilina como apoyo a la escritura.

José Silva Vergara

Elementos simples que permiten mejorar la motricidad fina y enfrentar de mejor manera la escritura.

La plastilina (plasticina) es un material que nunca falta en las escuelas, y es muy fácil de conseguir, además que también se puede fabricar de manera muy simple.

Este material no solo permite divertir a grandes y pequeños, sino también permite la estimulación sensorial y motriz la cual es de vital importancia para el desarrollo de habilidades que no son innatas en el ser humano como es la escritura.

Permite además estimular la creatividad, es muy relajante, es muy libre (no hay una manera correcta o incorrecta de jugar), requiere de poca (o nula) intervención del adulto, es multi-edad, mejora la capacidad de concentración... y todos, incluso los adultos, la podemos disfrutar.

Pero lo que quiero mencionar hoy es otro beneficio de la plastilina, relacionado con el proceso de aprender a escribir: la plastilina es maravillosa para trabajar la motricidad fina.

Cuando los niños moldean, amasan, agarran o dan forma a la plastilina están adquiriendo agilidad, destreza y fuerza en las manos y en los dedos.

Todo este control y precisión de los movimientos, así como la madurez muscular, es determinante para el correcto desarrollo de la lectoescritura.

Es importante en este punto, identificar, reconocer y resignificar algunas prácticas que con el pasar de los años se han perdido producto de los avances tecnológicos. Recuerdo hace ya varios años que mis abuelas y mi madre me enseñaban a amasar y hacer bolitos de pan, ellas claro alejadas de lo que a psicología del desarrollo se refiere, sin querer con esta práctica ayudaron a mi motricidad fina. También ayudó jugar con barro y moldear con greda entre otras actividades que por esos años solo eran un juego.

El punto al que quiero llevarlos es que apoyar a nuestros pequeños en este proceso es tarea de todos, y tanto la escuela como las familias debemos fortalecer una alianza que nos permita con actividades simples apoyar el desarrollo de habilidades básicas que faciliten la adquisición de nuevos saberes.

Es necesario que nos remontemos a nuestra infancia, a cómo fue nuestro proceso de lecto escritura, en muchos casos nos encontraremos con recuerdos que no son del todo gratos, y es precisamente esa historia la que no debemos repetir. Acompañar a nuestros niños con amor en este proceso es fundamental.

Recuerde que solo se es niño o niña una vez en la vida.

Acá comparto algunas imágenes de una actividad con plastilina realizada en mapuzugün donde los niños debías escribir en sus mesas haciendo uso de este material.